COPETRAF y el premio a la constancia y el esfuerzo

La existencia del movimiento cooperativo es la muestra cabal que otra economía es posible, que hay un mundo mejor, para todos, y que depende de la gente querer explorar esa opción.

Que podemos lograr una sociedad más solidaria, con menos ricos, y con menos pobres, y que la existencia de un negocio o una empresa no se entiende únicamente en la ecuación “ganar siempre”, o en la obsesión por maximizar ganancias y minimizar pérdida, aunque eso signifique la explotación del hombre por el hombre.

El movimiento cooperativo, solidario y mutual, es eficiente, gana y reparte entre su gente y la comunidad que lo rodea, y lucha por un mundo mejor, tal como dice el periódico digital Tres Líneas en uno de sus comentarios.

Uno de los más claros ejemplos del esfuerzo y de la constancia, lo constituye COPETRAF, una cooperativa que presta servicios en todas las áreas de la electromecánica, con una orientación especializada en el mantenimiento y reparación de transformadores eléctricos.

La empresa se inició en 1998, producto de la iniciativa de ex trabajadores de la Empresa de la Energía de la Provincia de Buenos Aires, quienes a partir de la experiencia laboral acumulada formando parte de las empresas Agua y Energía, ESEBA y EDEA, optaron por la autogestión para montar un taller que diera servicios a las empresas incluidas en el mercado eléctrico.

Una dura trayectoria

La cooperativa, en su doble carácter,  no sólo estuvo abocada a la prestación de servicios de calidad, procurando consolidar y aumentar su cartera de clientes, sino que desplegó una importante labor institucional y solidaria. Así se destacan su  ayuda técnica ante las trágicas inundaciones de La Plata, su rol en el incidente en la planta de agua potable Plaza Mitre en el 2009, las pasantías acordadas con la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) y el padrinazgo de escuelas.

Funcionó en sus clásicos talleres de la zona portuaria, con sensibles incomodidades de infraestructura, pero con el invariable esfuerzo por mantener la calidad de sus prestaciones. Hoy, su presidente Carlos Corral, junto al grupo de obreros que han conformado un equipo tan sólido como responsable, celebran la mudanza a las nuevas y modernas instalaciones adquiridas en el Parque Industrial General Salvio Batán / Mar del Plata.

Casa nueva y muchas perspectivas

Este traslado, es la conclusión y el anhelo cumplido después de 18 años de haberse formado la cooperativa, y de que todos sus socios se propusieran como meta inclaudicable obtener su propio lugar.

Debieron pasar muchas cosas, infinidad de complicaciones que ocurrieron a lo largo de toda la trayectoria, pero estos obreros tesoneros y confiados en los principios del cooperativismo, supieron  sortear todos los obstáculos hasta llegar al objetivo cumplido.

Hoy celebran estar en casa propia y con las comodidades suficientes para mejorar la ya probada calidad de sus prestaciones. Seguramente seguirán forjando futuro, hasta lograr la excelencia en su operatoria, la ampliación de su capacidad de trabajo y el crecimiento de su plantel. Seguro que lo lograrán!